10 errores comunes del corredor principiante

Si estas empezando a correr o lo vas hacer, no pierdas nota de este artículo, te contamos cuales son los principales errores que cometemos los runners o trail runners cuando empezamos a correr:




1. salir demasiado rápido

Es un clásico, tanto en los entrenamientos como en las carreras. Queremos ir a tope desde el principio y no respetamos los ritmos adecuados. Esto nos puede pasar factura a nivel físico y mental, ya que nos podemos quedar sin energía y sin motivación. Lo mejor es ir de menos a más, calentar bien antes de empezar y seguir un plan de entrenamiento que se adapte a nuestro nivel y objetivos.



2.  no tener un plan de entrenamiento

Otro error muy frecuente es correr sin ningún criterio ni planificación. Esto nos puede llevar a estancarnos, a lesionarnos o a perder el interés por el deporte. Lo ideal es contar con un plan de entrenamiento personalizado que incluya diferentes tipos de sesiones (rodajes, series, cuestas, fartlek, etc.), así como días de descanso y recuperación. También es importante ir aumentando la distancia y la intensidad de forma progresiva y no quemar etapas.


3. Descuidar el descanso

El descanso es tan importante como el entrenamiento, ya que es el momento en el que el cuerpo se recupera y se adapta al esfuerzo. Dormir poco, no respetar los días de descanso o no hacer una buena recuperación post-entrenamiento son errores que pueden afectar negativamente a nuestro rendimiento y a nuestra salud. Lo recomendable es dormir entre 7 y 9 horas al día, alternar días de entrenamiento con días de descanso o de actividad suave y hacer estiramientos, masajes, hidroterapia o cualquier otra técnica que nos ayude a relajar los músculos y las articulaciones.


4. No entrenar la fuerza muscular

Muchos corredores se centran solo en correr y se olvidan de fortalecer el resto del cuerpo. Esto es un error, ya que la fuerza muscular es fundamental para mejorar la técnica de carrera, la potencia, la resistencia y la prevención de lesiones. Lo aconsejable es hacer al menos dos sesiones de fuerza a la semana, trabajando tanto el tren inferior como el superior y el core. Podemos usar nuestro propio peso corporal, bandas elásticas, mancuernas, kettlebells o cualquier otro material que nos permita ejercitar los diferentes grupos musculares.


5.  No prestar atención a la alimentación

La alimentación es otro aspecto clave para el rendimiento y la salud de los corredores. No comer lo suficiente, comer alimentos poco saludables, no hidratarse correctamente o no tener en cuenta el momento y el tipo de ingesta son errores que pueden afectar a nuestra energía, a nuestra recuperación y a nuestro estado de ánimo. Lo ideal es seguir una dieta equilibrada, variada y adaptada a nuestras necesidades y objetivos, que incluya todos los grupos de alimentos (carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua) y que tenga en cuenta el momento y la duración del entrenamiento o la carrera. También es importante evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias que puedan perjudicar nuestra salud y nuestro rendimiento.

6. realizar muchas competiciones

Participar en carreras es una forma de motivarnos, de medir nuestro progreso y de disfrutar del ambiente y la compañía de otros corredores. Sin embargo, si nos pasamos de la raya y competimos demasiado, podemos caer en el sobreentrenamiento, el estrés, el cansancio o lesionarnos. Lo recomendable es elegir bien las carreras en las que queremos participar, priorizando las que más nos gusten o nos supongan un reto, y dejar un tiempo prudencial entre una y otra para recuperarnos y prepararnos adecuadamente. 

7. Correr con el calzado incorrecto

El calzado es el elemento más importante del equipamiento de un corredor, ya que es el que amortigua el impacto de cada zancada y el que protege nuestros pies de posibles lesiones. Usar unas zapatillas que no se ajusten a nuestro tipo de pisada, a nuestro peso, a nuestro ritmo, a la distancia o al terreno es un error que puede tener consecuencias negativas para nuestra salud y nuestro rendimiento. Nuestro consejo es que utilices al menos dos pares de zapatillas, una más polivalentes y otra más especificas, sin excesiva amortiguación y drop bajo. También es importante renovarlas cada cierto tiempo, según el uso y el desgaste que tengan.

8. Ignorar el dolor o las molestias

El dolor es una señal de alarma que nos indica que algo no va bien en nuestro cuerpo. Muchos corredores, por orgullo, por desconocimiento o por no querer parar, ignoran el dolor o las molestias que sienten al correr y siguen entrenando o compitiendo como si nada. Esto es un error, ya que puede agravar el problema y provocar una lesión más grave o crónica. Lo más sensato es parar, descansar y consultar con un profesional de la salud (médico, fisioterapeuta, podólogo, etc.) que nos pueda diagnosticar y tratar el origen del dolor o la molestia. También es conveniente tomar medidas preventivas, como calentar, estirar, fortalecer, hidratarse, alimentarse y descansar adecuadamente.

9. no ser constante

La constancia es la clave del éxito en cualquier ámbito de la vida, y el running no es una excepción. Muchos corredores empiezan con mucha ilusión y ganas, pero pronto se desaniman y abandonan. Otros corren solo cuando les apetece, sin seguir ningún plan ni rutina. Estos son errores que nos impiden mejorar y disfrutar del deporte. Lo mejor es tener unos objetivos claros y realistas, que nos motiven y nos reten a seguir adelante. También es bueno establecer una rutina de entrenamiento, que nos ayude a crear un hábito y a ser disciplinados. Además, podemos buscar formas de hacer el running más divertido y variado, como cambiar de recorrido, de horario, de compañía, de música, etc. Así, evitaremos el aburrimiento y la monotonía, y mantendremos la ilusión y las ganas de correr. 

10. compararse con los demás

El running es un deporte individual, en el que cada uno tiene sus propias características, circunstancias y objetivos. Compararse con los demás, ya sean amigos, familiares, compañeros o profesionales, es un error que puede generar frustración, envidia o desmotivación. Lo mejor es competir contra uno mismo, tratando de superarse y de mejorar día a día, y disfrutar del proceso y de los logros. También es bueno apoyarse y aprender de los demás, pero sin perder de vista nuestra propia realidad y nuestras propias metas.